Chuqui Chuqui, Sucre, Bolivia.
“Sin
trabajo en equipo no hay nada”
Jhonny Iglesias ronda
los 40 años y dedica la vida a su vocación, atiende en el pueblo de Chuqui
Chuqui del departamento de Sucre y a sus 11 comunidades aledañas. A él le
gustaría estar en la cuidad para estar más cerca de su familia, pero la fuerza
de su vocación hace que este deseo se postergue, entregándose por completo a
sus pacientes en este pequeño pueblo rural.
1. ¿Cuáles son las
enfermedades o trastornos que suele atender como médico?
Nosotros somos dos médicos trabajando
aquí. Atendemos a tres grupos de personas, que podríamos dividir de la
siguiente manera: Niños menores de 5 años de edad, que reciben lo que se llama
SUMI (Seguro Universal Materno Infantil). Las enfermedades o problemáticas
principales de este grupo son las diarreas y los resfríos. Por otro lado,
atendemos a personas normales. Este grupo puede presentar cualquier tipo de
enfermedades, hay de todo. Desde cuestiones de presión arterial, problemas
cardíacos o con el tubo digestivo, etc. Y por último, el grupo de personas
mayores a 60 años, estos también reciben un seguro de salud. Generalmente
acuden al hospital por problemas nerviosos, neurológicos y articulares, como
las artritis.
Y en cuestión de género, las
mujeres en edad fértil suelen presentan infecciones en la vagina y en el cuello
uterino (lo que se llama cervisitis). La causa de esto se debe a la falta de
higiene.
2. ¿Hay alguna
problemática de salud típica de la zona, que afecte a los tres grupos?
Aquí tenemos una prevalencia
altísima del Mal de Chagas, hay muchísimas vinchucas en la zona. Por suerte la
incidencia de esta enfermedad está bajando, el tema está mejorando gracias a la
gran cantidad de programas de prevención y promoción, están fumigando, se están
mejorando las viviendas de la gente, entre otras cosas.
3. ¿Cuántos pacientes
atiende mensualmente aproximadamente?
Atendemos un total
de 300 y 400 pacientes aproximadamente. La gente ha tomado conciencia de la
importancia que tiene acudir al centro de salud. Antes se curaban en sus casas,
con medicinas caseras, hierbas, plantas, huevos. En la actualidad tenemos que
interactuar con los médicos curanderos, propios de las comunidades indígenas de
la zona. Esta es una política nueva, instaurada según la nueva constitución que
propulsó Evo Morales. Aquí, entonces, debería haber un médico curandero,
trabajando inter disciplinariamente, pero todavía no ha sido asignado nadie.
Esta medida se va implementando de a poco, lentamente. Nosotros hemos estudiado
medicina científica pero he visto que algunas cosas de la medicina casera son
efectivas. No sé si estoy de acuerdo con esta nueva medida, pero hay que hacer
lo que el gobierno propone.
Tenemos que actuar
inter-cultural e inter-comunitariamente, de acuerdo a los usos y costumbres del
lugar, respetando la cultura.
4. ¿Cuáles son las
herramientas con las que cuenta para realizar su trabajo? ¿Cree que son
suficientes?
Aquí en Bolivia hay tres
niveles de hospitales. Nuestro centro de salud pertenece al primer nivel, donde contamos con los elementos
más básicos para trabajar. Lo que requerimos no lo tenemos, pero lo básico sí.
Ni la farmacia está bien surtida. Faltan medicamentos y tenemos que darles a
los pacientes una receta extra para que vayan a Sucre. En tecnología tenemos muchísimas falencias, no
tenemos un ecógrafo ni los tubos de oxígeno funcionan. Como medio de transporte
tenemos una ambulancia y una moto.
El segundo nivel de hospitales
se encuentra, por ejemplo, en Sucre y ciudades intermedias. Cuentan con las
cuatro especialidades médicas: cirugía, pediatría, ginecología y medicina
interna. Por último, el tercer nivel de centros, serían los más evolucionados y
cuentan con todas las especialidades.
Puedo decir que personal de
trabajo aquí no falta, estamos bien cubiertos. Somos dos médicos y varias
enfermeras.
5. ¿Trabajan
inter-disciplinariamente?
Se trabaja en equipo aquí, con
enfermería, farmacia, odontología y laboratorio. En algunos lugares el trabajo
en equipo no funciona, pero aquí por suerte sí. Si no hay equipo no hay nada.
Con el otro médico nos
turnamos para hacer guardias pasivas. He estado en otros hospitales donde las
guardias las hacíamos dentro del mismo hospital. Teníamos comida, pero aquí es
imposible porque no hay presupuesto para eso, no hay cocinera.
6. ¿Cuál es el rol del
Estado en este centro de salud?
Nosotros como hospital
dependemos de la alcaldía de Sucre, pero en la coyuntura actual el gobierno se
está metiendo en todo. Hay puntos positivos y otros negativos. Por ejemplo, el
Estado otorga a las mujeres embarazadas un bono que se llama “Juana Azurduy”.
Es para las madres e hijos de hasta dos años de edad, es una manera de
estimular que vengan al centro de salud, que tengan partos menos riesgosos y
los niños crezcan más sanos. El tema es que a veces, estos bonos no van a parar
a las personas destinadas, en muchas ocasiones se los queda el hombre. También
el Estado otorga bonos a los más viejitos y a los niños en la escuela, lo que
se llama bono “Juancito Pinto”.
Supuestamente aquí iban a construir un hospital de
segundo nivel, nosotros, mientras tanto, nos trasladaríamos a una casita
arriba. Pero a la licitación la han declarado “desierta”, esto quiere decir que
comenzaron a hacer las demoliciones afuera y ahora ha quedado en la nada. No
sabemos si la construcción empezará de nuevo, veremos…
7.¿Continúa
capacitándose como profesional? ¿Cree que es importante?
Jamás termina el aprendizaje
del médico. El médico tiene que leer mínimo dos horas por día, eso no es
difícil.
Además nosotros acudimos a
cursos que son obligatorios, en Sucre, nos turnamos para ir con el otro médico.
Son cursos sobre diferentes temas, enfermedades, tecnología, etc. Por ejemplo,
ahora se ha creado un software para la atención primaria para la salud, la
información de los pacientes va a ir en este nuevo archivo.
8. ¿Cuándo se dio
cuenta que quería ser médico?
Desde chango (niño) que quería
ser médico, siempre hablé de la medicina. En mi casa decían “Déjenlo nomás es
chango, va a cambiar luego”. Y aquí estoy (ríe).
Comencé a estudiar medicina
cuando terminé la escuela. En cuarto año de la carrera dejé porque me casé.
Luego de diez años retomé los estudios y finalmente me recibí de médico
general, con título de cirujano. Desde que me recibí que trabajo en las
provincias. Me gusta la medicina y puede ser aquí, como médico rural o en la
ciudad. En Sucre tengo a mi familia, mis hijas y me gustaría poder trabajar
allí, pero es más complicado entrar. Igualmente, no me hago ningún problema,
estoy felíz y a gusto aquí.
9. ¿Qué es lo que más
disfruta de su profesión?
Lo que más disfruto es servir
a la comunidad, eso me hace sentir felíz, mejorar la calidad de vida de la
gente. La amabilidad de la gente del campo es mucha más que la gente de la
ciudad. Allí las personas son más atrevidas creo, aquí hay más respeto por el
médico, nos quieren mucho y cuando los atendés bien, te lo demuestran. A mi me
gusta tratar a la gente de manera personal, cálidamente y eso les gusta.
Siendo
Bolivia un país cuyos índices de pobreza y de mortalidad infantil son
inversamente proporcionales a la riqueza natural que posee, es necesario que
los médicos se dediquen a su labor con la fuerza y voluntad con que se entrega
Jhonny Iglesias. De esta manera las cosas pueden mejorar para la enorme cantidad
de pacientes que esperan ser bien atendidos en los más recónditos rincones de
todo el país, por tener un trato digno y confiable, como el que este médico
demuestra dar a cada una de las personas que se acerca al centro de salud de
Chuqui-Chuqui.
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