viernes, 19 de octubre de 2012

El Huecú, Neuquén, Argentina.

“En medicina se puede parchar y seguir,  yo prefiero prevenir y construir un futuro mejor”
Sofía Pezzetti tiene 30 años y una vocación de servicio para imitar. Santafecina de nacimiento, decidió radicarse en El Huecú, Neuquén, para ayudar a una comunidad de 2000 habitantes. Desde niña que esta mujer de apariencia angelical y sonrisa contagiosa quería ser médica. Viajó a África donde confirmó su amor por esta vocación y regresó a nuestro país con la intención de “poblar la Patagonia”, como ella siempre soñó, de alguna manera, para ayudar a su querida patria a crecer y prosperar. Es que Sofía, ya desde chica, ha mostrado una marcada faceta social en donde “el  otro” ocupa el primer lugar en su lista de prioridades.

1) ¿Como fue tu acercamiento a la medicina?

Mi abuela siempre me contaba que cuando yo tenía 6 años ya decía que quería ser médica. No sé de donde lo saqué porque no tengo ningún pariente médico. Yo siempre pensé que era la vocación de servicio mejor llevada a cabo. En el cuarto año de la carrera entré en crisis, dejé de hacer otras cosas solo por estudiar, quería ayudar a la gente pero sólo estudiaba, esto me provocaba una gran contradicción. En ese momento decidí empezar a tomarme la carrera de otra forma, a exigirme menos. Yo me sacaba excelentes notas pero no era feliz. Me dí cuenta que quería ser médica pero de forma diferente, por eso empecé a ayudar en un barrio y terminé yendo a Camerún, África, con una ONG. Tenía 24 años y mis padres no estaban de acuerdo. Una vez ahí, caí en la cuenta que me necesitaban como enfermera más que como médica. Al principio esto me costó mucho, lloraba porque sentía que había estudiado para otra cosa, pero después entendí que era mejor así. Al final pude hacer guardias y ahí en donde empecé a ejercer realmente.

2) ¿Cuál fue tu balance de la experiencia en Camerún?

Ahí pude ver lo que era la medicina, que hasta un zapato puede ser medico, que todo depende de cuánto uno le ponga y qué clase de medico uno quiere ser.
En África ví mucho HIV, desde bebes y niños a ancianos, fue muy duro. Gente que no se podía hacer diálisis, porque hay un solo centro en todo el país. Mucha gente muere por insuficiencia renal. En nuestro país todos se pueden hacer diálisis. Ahí me di cuenta que África es 3er mundo, Argentina no. Muy poca gente accede a cosas, he visto pacientes traídos al hombro de otros a lo largo de 30 km, son personas que viven de lo que puedan sacar de su huerta. En ese momento estaba llegando Internet a todos lados, empezaron a ver todo lo que les faltaba, y creo que eso los corrompió, porque antes vivían bien. Ahí me di cuenta que necesitamos muy poco para vivir, todo lo demás es porque queremos, no necesitamos muchas de las cosas que creemos que necesitamos.

3) ¿Cómo llegaste al Huecú?

Cuando regresé de África tenía que decidir dónde hacer la residencia. Como quería ser médica generalista y en Rosario o Buenos Aires esta especialidad no es muy respetada, elegí hacerla en Neuquén, donde la estructura de salud provincial tenía más en cuenta a los generalistas porque en la Patagonia las distancias son muy grandes y poco pobladas. Además esto se sumó a que desde chica siempre soñé con poblar la Patagonia. Sentía que tenía que ayudar a poblar porque sinó nos podrían sacar las tierras y debía hacerme cargo (Se ríe). Un compañero de la residencia me llamó para ofrecerme el cargo en el hospital. Acepté su propuesta porque de esta manera podía satisfacer mis deseos, ser médica generalista y trabajar en un pueblo de la Patagonia.

 Sofía dice no compartir ciertos aspectos de la medicina privada, ella observa como muchos médicos que se han formado gracias a la educación pública, una vez recibidos cobran mucho dinero por consulta. Ella piensa que un buen médico puede cobrar lo que le parezca pero parte de su tiempo lo debería dedicar a aquellas personas sin recursos, sin excluir a nadie. Agrega que estos mismos médicos que imponen elevadas cifras por consulta, son los mismos que se formaron gracias al Estado y a los impuestos de los ciudadanos.

 4) ¿Cuál es el área de influencia del hospital?

Atendemos a los 2000 habitantes del pueblo y 50 kms a la redonda aproximadamente. Una comunidad mapuche, de 600 habitantes también esta dentro de nuestra área, vamos todas las semanas y también contamos con “agentes sanitarios”. Estos no son ni médicos ni enfermeros, la idea fue pensar en gente que quisiera ayudar y no se fuera de su lugar, entonces se los capacita. Están autorizados a hacer primeros auxilios, se turnan y nos consultan. Surgió hace 20 años y así quedó, está muy precarizado, no les pagan horas extras ni las guardias. Ellos tienen que estar porque la misma comunidad se los exige. A los médicos nos ayudan mucho. 


5) ¿Cómo se trabaja con la comunidad mapuche?

Es importante contar que no fue la comunidad mapuche la que vino al hospital, sino nosotros a ellos. En su momento, cuando se creó el programa de medicina en Neuquén había un índice de mortalidad infantil muy elevado, de alguna manera se los obligó a ser atendidos.
Me pregunto porqué  los blancos pretendemos que ellos se integren a nuestra vida si nosotros no nos integramos a la de ellos. Por ejemplo, hace un tiempo vino un hombre a exigirme que le diera mamaderas para su niño recién nacido. Yo no entendía, me enojé con ellos, como no le daban la teta, les dije. Ellos mismos me explicaron que en su momento los médicos se lo impusieron así, les decían que la leche comprada era mejor que la teta. Ahora se piensa distinto.
Creo que se los sometió tanto que ahora nos “tomaron la mano”, hacen lo que quieren y después se curan por su cuenta. Yo quiero entenderlos, que confíen en mí, así puedo entender como se están tratando de curar.
Actualmente estamos trabajando en redes de interculturalidad. Analizamos los problemas que hay en el Huecú, los generales y los pequeños. Esta red también la llevamos a la comunidad mapuche, así intentamos conocer más a los pacientes e integrarlos.

6)¿Crees que las herramientas con las que cuenta el hospital son suficientes?

Faltan bastantes insumos. Faltaría hacer un hospital nuevo y más grande, una guardia con más espacio. Sería importante, por ejemplo, tener desde un Gravindex para test de embarazos o una incubadora para traslados, que no tenemos. Creo que faltan bastantes cosas, por ejemplo una de las camionetas que utilizamos para trasladar pacientes tiene 800.000 km. Ahora tenemos una ambulancia parada hace un mes. Insumos de laboratorio nos faltan hace tres meses y ahora estamos esperando hace tiempo que el gobernador firme para aprobar la presencia de más personal en el laboratorio.

7) ¿Cuáles son los trastornos que atienden?

En el 2007 hubo una ola de suicidios bastante importante. El equipo de especialistas del hospital llegó a una conclusión interesante ya que observaron que en este pueblo no se ve el horizonte, por estar rodeados de montañas, entonces la gente no tenía a donde mirar.
Hay mucha depresión y violencia familiar. Hay muchas comunidades machistas acá. También atendemos casos de alergias y partos de bajo riesgo.

8) ¿Cómo está estructurado el sistema de salud en Neuquén?

El sistema está estructurado por niveles de complejidad, que se define por números y cantidad de especialistas. Hay cuatro zonas en la provincia. La metropolitana y el resto con números. La numeración va del 1 al 8.
Este hospital, el del Huecú, es un hospital “3”, hay centros de salud que son “1” y “2”. En nivel dos no hay internación, por ejemplo. El nivel se determina según la cantidad de población. Acá se hacen partos de bajo riesgo, como anteriormente te dije, pero si se complican, se los deriva a Zapala y sino a Neuquén.

9) ¿Recibís alguna capacitación para actualizarte en la profesión?

Me gusta leer para mantenerme informada, también utilizo páginas de Internet para actualizarme.  Personalmente trato de buscar cursos.  Ahora me anoté en uno que dan en Buenos  Aires,  tres veces al año. Es sobre cuidados paliativos, pero es optativo, es personal. Si uno no se esfuerza pueden pasar 20 años y seguir sin aprender nada mas, terminas la residencia y tenés que seguir aprendiendo. La provincia da cursos pero no muchos, hay un reglamento que permite tomarse los días pero en la práctica, como somos tres los médicos, si uno se va complica a los otros.

10) ¿Qué es lo que más disfrutas de tu profesión?

El trabajo con la gente es lo que más me gusta, la parte de promoción y prevención, más que atender la patología me gusta atender a la gente sana, prevenir. Si uno pudiera trabajar mas en la prevención habría menos enfermedades.
Disfruto de lo que hago, de vivir acá, nadie nos dice lo que tenemos que hacer, hacemos las cosas como queremos y eso es muy bueno. También está bueno el equipo que formamos con la gente de psicosocial, para la prevención, tenemos la misma mirada, hay gente que trabaja con la idea de “parchar y seguir”, pero yo pienso que es bueno hacer las cosas, porque es mi provincia y quiero que mejore.

 Sofía no sabe si vivirá en este pueblo para siempre pero hay algo que sí sabe y es el amor que ella siente por la medicina. Joven, alegre e idealista, sueña con mejorar la vida de otras personas y ayudar a la provincia a crecer. Comprometida y humilde, esta médica de 30 años representa, de alguna manera, el trabajo anónimo e incesante de tantos otros médicos que, como ella, sueñan con un futuro mejor.


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