viernes, 19 de octubre de 2012


Mallín Grande, Chile

“Viendo la miseria supe que ahí es donde debía ayudar”

Mallín Grande es un pequeño pueblo de aproximadamente 200 habitantes, ubicado en la Región de Aisén de la Patagonia, Chile. Surgió como villa a partir de que en 1988 se instaló una posta de salud para atender las necesidades médicas básicas de la población campesina, situada entre dos aldeas también pequeñas. Con la misión de abastecer 12 km a la redonda, Víctor Oyarzo arribó como paramédico en ese entonces.  Cuenta que al momento de su llegada, sólo había una casilla como todo edificio, y hasta él mismo, sin llegar a los 30 años estuvo entre los fundadores de esta tranquila villa, “a pulmón” dice, se hicieron todos los trabajos principales. Si hasta tuvieron que plantear poner el pueblo en la costa o a unos cientos de metros, sobre la carretera,  para no quedar fuera del paso de los viajantes en el futuro. Gracias a la visión y la definición por el segundo lugar, es que el pueblo puede imaginar hoy un futuro con posibilidades turísticas.
1) ¿Cómo has descubierto tu vocación?

Cuando terminé la escuela empecé a asistir a una posta de salud para ayudar. Iba a caballo. Trabajaba un rato, 3 o 4 hrs sin recibir pago hasta pasados varios meses. El paramédico de ahí me ofreció empezar a hacer encuestas a familias de la zona, hacerles una serie de preguntas, eso me gusto mucho, me di cuenta que mucha gente necesitaba ayuda, apoyo. Había mujeres con muchos hijos, solas, viviendo en la miseria. Empezamos a hacer una obra social con este médico. En ese momento me di cuenta que por ahí iba lo mío. Decidí esta carrera, me postule en el curso de paramédico en Puerto Mont. Trabajé primero en Las Juntas (Otra posta rural en el Sur de Chile), luego estuve en otro puesto más y de ahí me fui a la carretera austral, como paramédico en una empresa en la que generalmente atendía accidentes laborales o resfríos y eso no me significaba una buena experiencia como paramédico ya que no estaba ayudando a gente necesitada que era lo que yo anhelaba. Estuve un año ahí y luego comencé a buscar otras postas, hasta que llegué aquí,  a Mallín Grande hace ya 23 años. Llegué  recién casado y con mi mujer nos alojábamos en la posta, no teníamos nada y todo lo construimos con mucho esfuerzo, caminamos juntos.

2) ¿Cómo fueron los primeros tiempos en la posta de salud?

Llegué aquí en el año 1988, esta posta no existía todavía, había una mucho más precaria, construida por el cura de este pueblo, “Ronchi”, quien también había construido una iglesia de adobe y una escuela. No había calles, tampoco vehículos y la comunicación era realmente mala. Teníamos muchas falencias, se me hacía muy difícil llegar a la gente porque mi único medio era el caballo. Pasó el tiempo y la comunidad fue creciendo, hubo autos y así fue como la gente comenzó a venir a verme.

 3) ¿Cuáles han sido los motivos más frecuentes de consulta en tus primeros años de trabajo?


La mayor cantidad de consultas eran por accidentes laborales, en el campo. También por dolores de muela, por ejemplo o recuerdo haber atendido gran cantidad de  partos en los domicilios de mujeres que habían ocultado sus embarazos. Ahora, al haber más prevención, ya no atiendo este tipo de casos. La comunidad se fue concientizando, pero este proceso se fue dando solo, naturalmente, cuando la gente venía al consultorio y en la misma charla se iban educando. Además, en la penúltima semana de cada mes tenemos una ronda de medico, dentista y matrona (partera). La gente se atiende más y por lo tanto se anticipa a los problemas. Esto nos ha hecho el trabajo más fácil. Igualmente hay otros programas por cumplir.

4) Al haber más prevención, ¿Cuáles son los problemas de salud que debe atender actualmente?

Hoy en día atiendo todo tipo de consultas. Resfríos, faringitis, cortes, bronquitis, cuestiones más comunes. Las problemáticas de mayor complejidad las derivo a Chile Chico, que es el lugar más cercano. Desde ese hospital envían una ambulancia, al tiempo en que yo preparo al paciente para la derivación. Si el problema no es mayor pero por ejemplo, deben sacarse radiografías, los pacientes pueden ir por sus propios medios hasta Chile Chico, es decir, la ambulancia no es necesaria en todos los casos. Hace poco tuve que mandar a una niña, que se corto el rostro. Como yo soy paramédico no podía atenderla. Lo que hice desde aquí fue frenar la hemorragia. La niña, de tan solo un año y meses, necesitaba una cirugía estética y eso solo podía resolverlo en Chile Chico. 

En este momento entra a la posta una señora, quien muy amablemente saluda desde el pasillo a Victor. “Buenos días señora María”, le responde. La entrevista se interrumpe por unos minutos ya que Victor debe atender a su paciente. María parece tener un resfrío, típico de la temporada invernal que se aproxima en el pueblo. Además tiene un poco de fiebre y a causa de una inyección recientemente aplicada por el paramédico, es que María se queja de una molestia en su pierna. Antes de partir, la paciente se sienta unos segundos para descansar y aprovechar el cálido fuego brindado por una salamandra del pasillo.
 5) ¿Cuál es el rol del Estado en la posta de salud?

El Estado es el que construye todas las postas de salud en Chile. El Ministerio de Salud se encarga de construir edificios para la atención rural, postas o consultorios. Además, debe asegurarse de tener a funcionarios estables trabajando en estas. Es decir, debe construir, mantener y proveer de los elementos de salud necesarios. No puede faltar nada. Por suerte, en nuestra posta, todo funciona súper bien. Claro que siempre se puede soñar con tener más cosas, por ejemplo, una ambulancia propia. Pero para el lugar en el que estamos creo que las herramientas son suficientes. Estamos preparados para atender partos, tenemos medicamentos e instrumentos. Se está intentando hacer una norma para que cada posta tenga dos paramédicos, esto ya se empezó a implementar en las postas más grandes, de mayor población. A mi me encantaría que llegue a las más chicas.
A su vez, el Estado aporta una dosis de leche como complemento a la dieta de todos los niños chilenos. Aquí en Mallín Grande tengo actualmente en control a 9 niños, de 0 a 6 años. Gracias a esta ayuda del estado, sumado a los controles que les hacemos periódicamente, es que en nuestro pueblo no hay casos de niños en riesgo, ya sea de obesidad o desnutrición. Todos cumplen con los parámetros esperados de salud.

6) En lo que respecta a capacitaciones y formación profesional, ¿Cómo te mantienes actualizado en tu profesión? 
Nosotros tenemos un programa de capacitación que lo hace el hospital de Chile Chico o Coyaique. Asistimos a los cursos cuando podemos. Al último no pude asistir porque se me hizo tarde, pero es una necesidad para mí poder capacitarme y asistir a estos cursos.
Algunos de los temas que se plantearon para las capacitaciones del año 2011 fueron: Trabajo en equipo, taller de relajación, manejo de pabellón, preparación y elaboración de proyectos, contabilidad general, manejo integral de riesgo y trastornos de la conducta en niños y adolescentes.
Asistir a estos programas, influye en el puntaje que se le otorgue a cada uno de nosotros en la calificación anual de nuestro servicio. Los profesionales de  mayor puntaje reciben un bono de dinero como premio. Igualmente, yo me esfuerzo en mis calificaciones para sentirme bien con mi trabajo y no tanto por la plata.

7) Con  más de 20 años de profesión médica y tanta dedicación, ¿Volvería a elegir ser paramédico?

Al hacer un auto análisis  me doy cuenta que si no trabajara por vocación, no podría hacer esto. Puedo asegurar que es lo que más amo hacer en la vida, pero realmente me encuentro muy cansado también. Al ser el único funcionario de salud estable en el pueblo, no puedo trabajar solo las 8 horas que trabajan los demás funcionarios en Chile. Mi trabajo es de 24 horas al día, los 365 días del año. Salgo y estoy pendiente todo el tiempo de que no venga nadie a la posta, no me quedo tranquilo nunca. Eso me produce estrés, no me puedo relajar, de hecho, el sábado salí con mi mujer y pasó lo de la niña y el accidente. Llegué a este cuestionamiento, hasta cuando voy a aguantar así.

Víctor deja atrás otra jornada laboral sin tener plena conciencia de que su rol en esta aldea, es mucho más que el de ser paramédico. Evidentemente, en Mallín Grande, hay una persona que encabeza la construcción y cuidado de toda una comunidad. Víctor Oyarzo, se levanta todas las mañanas y verifica que el agua de su gente se encuentre en buen estado para ser bebida. Luego, envuelto en su delantal blanco, acude a la posta para atender y abrazar problemáticas ajenas, dejando atrás las propias. Seguramente Doña María y muchos más le estarán profundamente agradecidos por su entrega y paternal compromiso durante 23 años. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario